Voy a echarme otro cigarro y a pensar en qué escribir,
porque esta depresión constante no me deja ser feliz. Así como me hace infeliz,
no me deja vivir y lo único que tengo que hacer en la vida es vivir. Vivir con
la constante tristeza del pensamiento, al cual le miento para tratar de ser
feliz, lo que no nos hace bien ni a ti ni a mí, porque somos uno, y si uno de
los dos es infeliz, el otro no puede ser feliz. Todo lo que es vivir es una
parábola o un ciclo de constante repetición. Dígame el silencio que queda en
una pregunta y que en vez de responder te limitas a seguir. Son pequeñeces,
pero como las pequeñeces te hacen feliz, también te hacen infeliz.
La soledad está afuera, asomada en por encima de la pared.
No hay comentarios:
Publicar un comentario