Tic tac, no sé, ¿Qué tal? Encuentra la llave, encuentra la
llave. Esto no está completo, pero seguro será suficiente. ¿Hola, hola? No hay
respuesta. ¿Será que le llamo? No sé, no me encuentro, seguro que ella tampoco
sabrá dónde estoy. ¿Me escuchas? ¿Aló?… ¿Colgó?, no sé, ¿Aló? ¿Me entiendes? O…
¿necesitas que te explique de qué va la conversa? Eh, para qué, solo tienes que
escuchar lo que estoy a punto de decirte muy atenta- que hija de puta, colgó de
nuevo. ¿Quieres hacer algo al respecto y dejar de necesitar escuchar su voz
para poder hablar? Mucha gente como tú ha pasado por esto y no se han detenido,
sino que han buscado nuevas fuentes de información. Acuérdate de aquél cuento
del maestro en el que él decía que su infancia la vivió en un burdel viendo cómo
los europeos se montaban a las argentinas. ¿Te gustaría eso, verdad? Escuchar
de ese tipo de historias. Entonces tienes que salir, aunque, no para ninguna
parte en específica, sino a, a, a, a encontrar ese tipo de espectáculos. Tú
sabes. Ventanas abiertas y gente haciendo el amor del otro lado, contigo
admirando del otro lado del cristal. ¿En qué nos ayudaría eso? Pues, no sé, la
verdad. Sé que la extrañas y no vuelve, pero, ajá. ¿Importa mucho eso acaso?
Hete aquí hablando y cantando como un esquizofrénico. Tal vez en vez de
combatirte a ti mismo tengas que echarte una copiada, como aquella vez,
¿Recuerdas? Eh, para qué. Tienes razón, tienes razón. Mejor, mejor, eh, no sé,
eh. Iahg. Pues… ¡Ya sé dónde está! ¡La dejaste encerrada! ¿Recuerdas que está metida
en el armario? ¡Coño! ¡Desde hace ya un mes! Qué verga contigo… Anda a
buscarla, toca a ver si sigue ahí…
Y pasaron las horas y no la encontré. De alguna manera, y
por alguna razón, se me perdió. Tienen que pasar eventos desastrosos, horridos,
desagradables y que no traigan frutos de algo bueno para que venga y se acueste
conmigo. Porque cuando la encierro en el armario, olvido donde dejo la llave.
No sé qué será, pero, pasa, y ya. Pasan las horas y no encuentro la llave… debe
ser que no me expreso tan bien como antes o que ya no soy el ser especial que
era antes.
Esa conversación esquizofrénica de arriba es la lucha que
tengo conmigo mismo cuando me fuerzo a mí mismo a escribir.
Bien aventurado seas la próxima vez que te, valga la
redundancia, aventures por aquí. Tal vez encuentres algo mejor de mí en vez de
conocerme otro poco.
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