“Ahora eres sólo un recuerdo, moriste hace tanto tiempo.
¿Recuerdas aquella vez que viste en el espejo que no había ni una mancha en tu
cara? Pues puedes verte ahora y notar la enorme diferencia. Tienes esas
impactantes arrugas, esas manchas en tus dientes, esas ojeras en lugar de ojos.
Tu manera de mirar perdió su brillo, tu sonrisa ahora tiene un límite, tus
labios son más secos que la arena del desierto y tu tez más salada que el océano.”
“Mírate fijamente en el espejo y dime si no tengo razón.
Perdiste todo eso que tanto admiraba el resto de las personas. Incluso parece
que no tuvieras corazón, porque nadie que se quiera a sí mismo viviría como tú.
Mira tus brazos, están tan flacos, ya no levantas la mitad de lo que solías
levantar. Y tus piernas, ya no corren de la misma manera que solían correr.
¿Qué te pasó? Parece que te hubieras dividido en dos.”
“Mírate las manos, están horribles. Tus dedos son tan flacos
y tus nudillos tan pronunciados. Ni siquiera te queda el anillo. Tus manos
ahora sólo sirven para tocar guitarra y escribir idioteces en el papel, y ya ni
eso podrás hacer un día. Mira lo pronunciadas que están tus muñecas… Mira cómo
juegas con tu vida… o mejor, mira lo que le pasó a tus ganas de vivir. Y lo
mejor del caso es que estás consiente de lo que te haces.”
“Mira tu cuerpo, tu costillar es tan visible. Tus hombros
tan punzantes. Tu pecho tan contraído. Ay, amigo… ¿Qué nos has hecho? ¿Dónde
llevaste la otra mitad de nosotros? ¿Dónde se te ocurrió dejarla? ¿Qué no te das
cuenta que ahora somos sólo la mitad de lo que solías ser? Moriremos y no nos
podremos volver a ver, y no habrá nadie a quién culpar. Sólo queda esperar, y
ver que harás con tu vida. Con nuestra vida.”
Esta mañana me vi en el espejo, no me reconocí. Estoy llegando
a tal extremo en lo mental que se pasa a lo físico, y no siento que puedo
seguir escribiendo. Es tan difícil seguir escribiendo con todo lo que pasa por
mi mente en este momento que prefiero borrar todo y retirarme de la mesa. Pero
siento que hay tanto que decir, y el que alguien me lea me hace sentir mejor de
muchas maneras. Por ahora sólo les digo buenas noches, lectores de penas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario