martes, 11 de diciembre de 2012

Esta noche es una de esas noches...


Mi cuarto es una obra de destrucción e inquietud que da a entender a mucha gente porqué estoy tan lleno de ira y porqué mis inquietudes. Aunque yo no veo cómo mezclar la falta de pintura de mis paredes o el exceso de polvo de mis estantes con mi personalidad, que aunque tranquila, se altera con la misma facilidad que tiene el agua cuando lanzas algo muy grande, y muy pesado, en su semblante. Hoy es una de esas noches en las que escapar sería mejor que estar dentro de mi seguro aposento. Lo pienso así porque afuera el aire es más puro que la humedad agobiante de mi habitación oscura y mal organizada.
Esta no es la noche que escogí para efectuar un cambio en mis días. Esa noche fue hace uno, o dos días. Pero esta noche en particular es una de esas noches que me hace respirar hondo y añorar los días de un pasado año en el que mi felicidad era compartida por el ser más perfecto que encontré en la vida que vivo en la actualidad y que no ha cambiado esa posición desde que un día creí amarle hasta que supe que si no es amor, es lo más parecido a ser parte de alguien. Me duele tanto esta noche que pienso cosas que me hacen aguar mis ojos. Pienso en los besos más hermosos dados a la vida y la admiración más fuerte siendo practicada a una persona.
Esta noche es una de esas noches en las que mis manos se descontrolan e intentan martillar todo lo que no puede ser roto por una fuerza tan simple como mi fuerza física, pero sí rotas por empeño y voluntad que es lo que siempre he tenido en cuanto a seguir el camino que creo correcto y que siento así. Aunque destroce mis manos lentamente a golpes con las paredes y el suelo de algunos lugares, eso no me detendrá para escribirle todo lo que le escribo y contarle con mi guitarra todas las cosas que pasan. Porque todo mi mundo es su ser, y todo el mundo quiero contar y cantar. Gracias a Facundo por esta línea y por la noche de comprensión.
Esta noche es esa noche en la que no puedo evitar pensar que se me fue parte de mi vida tras un sueño que no es más que un sueño común, que cualquier persona puede soñar y seguir, pero que yo en vez de querer seguir soñando quiero vivir aunque no sea esa la realidad. Quiero saber lo que es vivir un sueño de verdad y llevar de viaje a la vida conmigo al sinfín de escenarios que planteé en cada uno de mis viajes oníricos, donde la Luna es persona y el Mar es su cuerpo, y yo soy un navegante sin rumbo más que navegar las aguas de su eterna presencia. Mi sitio adecuado siempre será ese, entre mi Barca, mi Mar y Mi Luna.
Esta noche… no es mi noche… esta noche es la noche del deseo. Del recuerdo. Del placer. De las ganas de vivir alimentándome de la vida de la autora de mi mente, que me impulsa a escribir tantas palabras. Que alimenta mi mente con las imágenes que tengo de su perfecta escultura, delgada y esbelta, y de sus labios cantores que me liberan de la vida y me dan una nueva. De sus ojos color azabache y de su cabello negro como la noche, y largo como el invierno. De su piel color café y caramelo. De su vida risueña que me libera de toda angustia. De su presencia de diosa. De todo lo que he deseado en la vida. De todo lo que he soñado para mí. De toda mi vida en realidad.

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